½ taza de mantequilla fría (115 grs), cortada en cubos pequeños
1 ½ tazas de harina
1 cdita de sal
⅓ taza de azúcar refinada
ralladura de 3 naranjas
1 cucharadita de vainilla
1 huevo
2 cucharadas de jugo de naranja
4 a 5 gotas de esencia de naranja
Preparación:
En el tazón de la batidora con la hoja, colocar la sal, harina, azúcar y mantequilla en cubos. Procesar a velocidad media hasta que no queden trozos de mantequilla más grandes que un chícharo. Agregar el huevo, la ralladura, vainilla y jugo de naranja y procesar rápidamente para integrar. (No más de 30 seg). Transferir a una superficie de trabajo y usando las palmas de las manos, frotar la masa (que en este punto deberá parecer arena ligeramente húmeda) contra la superficie y contra si misma para terminar de integrarla en una sola bola. Es importante no sobre trabajar la masa para no derretir la mantequilla.
Cortar la masa en dos y formar con cada mitad un cilindro largo de aproximadamente 4 cm de diámetro, o del diámetro que se deseen las galletas. Rodar cada cilindro por encima de un poco de azúcar, presionando firmemente para cubrirlo bien. Colocar en una charola, cubrir con un trapo y dejar enfriar en el congelador durante al menos 45 minutos, pero no más de 2 horas.
Antes de hornear, precalentar el horno a 180ºC/350ºF. Preparar dos charolas para hornear engrasando ligeramente o con tapetes de silicón.
Sacar los cilindros de masa del congelador y cortar con un cuchillo grande y afilado en rodajas de 1/2 cm de ancho. Repartir en las charolas y hornear hasta que doren, poniendo atención de que no obscurezcan demasiado. Transferir a una rejilla para enfriar. Estas galletas duran hasta dos semanas guardadas en un recipiente hermético.