Primero, ajusta la parrilla del horno a la posición central y encienda el horno a 325 grados. Engrasa 2 bandejas para hornear o forre con papel pergamino.
En un tazón de tamaño mediano, mezcla la harina, el polvo de hornear y el bicarbonato de sodio.
Usando una batidora, bata la manteca y el azúcar a velocidad media hasta que se ponga esponjosa y cremosa, durante aproximadamente 3 minutos. Agrega el huevo y la ralladura de naranja o vainilla y bata hasta que se combinen. Reduzca la velocidad a bajo y agrega la mezcla de harina una taza a la vez, raspando el tazón según sea necesario. La masa se pondrá un poco rígida. Si no tienes una batidora, mezcla los ingredientes en el mismo orden en un tazón grande con una cuchara de madera o una espátula de goma. Lo he hecho usando una batidora y a mano, y ambos métodos funcionan bien. Por supuesto, será más rápido con la batidora.
Divide la masa por la mitad formando dos bolas de masa y aplanalas. Ahora en una superficie ligeramente enharinada, aplana una de las porciones la masa con tu rodillo hasta formar un círculo grande que tenga un ⅓ de pulgada de espesor. Con el cortador de galletas de 3 ¼, corta 8 círculos, vuelva a enrollar los restos de masa una sola vez para formar más círculos.
Estira la segunda porción de masa con tu rodillo y procede a cortar el resto de los círculos como lo hiciste con el anterior.
Coloca los círculos de masa en las bandejas de hornear previamente engrasadas, colocando las galletas a ½ pulgada de distancia. Añada en el centro de las galletas un poco de azúcar en polvo. Hornea en horno precalentado a 325 F grados hasta que los bordes estén ligeramente dorados, alrededor de 18 minutos, cambiando y rotando las bandejas de hornear a la mitad del tiempo de cocción. Deja que las galletas se enfríen en las hojas de las bandejas para hornear durante 5 minutos, luego transfiéralas a una rejilla para que se terminen de enfriar.